La santa médica que intercede en el cielo por los no nacidos

Facebook

Google

Twitter

Mulieris hoy – 22 de abril de 2021 – En tiempos difíciles como los que enfrenta la humanidad, la ayuda e intercesión de los santos es muy valiosa. Este mes queremos resaltar las virtudes y el testimonio de santidad de Santa Gianna Beretta Molla, laica católica italiana y médica, quien es patrona de las madres, los médicos y los niños no nacidos. Su fiesta se celebra el 28 de abril.

Salvó la vida de su bebé

Gianna nació en Italia en la ciudad de Magenta en el año 1922. Estuvo casada con el ingeniero Pietro Molla, con quien tuvo cuatro hermosos hijos. Era médica especializada en pediatría, y desde muy joven formó parte de la Acción Católica.

Durante el embarazo de su cuarta hija, cuando contaba con 39 años, le detectaron un fibroma en su útero que puso en riesgo la vida que llevaba en su vientre. Contra todo, decidió preservar su embarazo y salvar la vida de su bebé sometiéndose a una cirugía que ocurrió el 6 de septiembre de 1961. Su hija fue bautizada con el nombre de Gianna Emanuela.

Meses después, el 28 de abril de 1962, Gianna falleció en olor de santidad, siendo luego beatificada y canonizada por San Juan Pablo II.

La Santa es fuerte intercesora ante embarazos en dificultad, y por las madres que se encuentran en gestación.

Oración por su intercesión

Compasiva Santa Gianna, médico que cuida a los pobres, a los ancianos, a los niños y a las madres embarazadas, considera amorosamente mi humilde oración e intercede por mí ante nuestro Padre Celestial.

Como esposa y madre consagrada imitaste el amor de nuestro Salvador Jesucristo, incluso hasta el punto de dar tu vida para salvar la vida de tu hija aún no nacida.

Te ruego pidas al Espíritu Santo que me llene de valor para que tus palabras se hagan mías: “Lo que Dios quiera”.

Si cabe en el plan amoroso que tiene Dios para mí, intercede para que conceda mi intención: Menciona aquí tu petición.

Hago esta súplica para la sanación y el fortalecimiento de mi corazón, de mi alma, de mi mente y mi cuerpo con total confianza en Cristo nuestro Señor. Amén.