Sentirnos conectados con nosotros mismos
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Mulieris Hoy – 21 de julio 2020 – La conexión implica algo más allá del simple hecho de estar con alguien. Muchas veces, intentamos conectar con personas (mujeres y hombres) con los cuales no tenemos intereses, ideales, aficiones o sentido de vida comunes. Lo hacemos solo por el hecho de ser “aceptados” y con ello ocupar un lugar que ni nosotros mismos nos hemos dado. Tratamos de hacer lo imposible por encajar donde no encajamos y hacemos mil cosas por lograr esa aceptación. Al final, por un camino u otro, descubrimos que nos sentimos peor que antes y terminamos derrotados. ¿Por qué?, es la pregunta que nos hacemos y volvemos a recrear el ciclo. Hasta que un día lo entendemos: hemos dejado de ser nosotros mismos. No nos hemos amado.
Y resulta que toda esa energía que utilizamos en conectar con los demás era necesario utilizarla primero en conectar con nosotros mismos. A veces, es más fácil (por lo menos eso creemos) buscar afuera lo que adentro no tenemos. Pero con el tiempo, vamos descubriendo que el miedo que teníamos de conocernos nos llevó por trechos de dolor. Y cansados y agotados empezamos a hacer la tarea de descubrirnos.
Conectar con nuestro interior, con nosotros mismos, supone un desafío porque empezamos a dejar salir los miedos, las emociones, los sentimientos y puede que no sepamos bien qué hacer con ellos. Tal vez no haya que hacer nada. Solo dejarlos salir y aceptarlos. Y, por supuesto, después de reconocerlos, trabajar en ellos; con valentía, con amor y responsabilidad.
Hemos dejado la tarea de amarnos para después, porque muchas veces no nos hemos sentido amados. Puede que alguien nos haya fallado, nos haya herido, incluso, haya cometido alguna injusticia contra nosotros y esta herida se convirtió en el vacío que intentamos llenar con todo menos con nosotros mismos. Hemos intentado todo tratando de calmar ese vacío interior, pero solo hemos mirado hacia afuera. Y no estamos diciendo que no sea importante la aceptación de nuestros padres, esposo, esposa, amigos… sino de reconocer que la primera aceptación que necesitamos es la nuestra. Se trata de reconocernos y aceptarnos con lo que somos. De aceptar nuestras heridas y estar decididos a trabajar en ellas. Y, por supuesto, perdonar. El perdón es sanador y liberador.
No podemos esperar que la aceptación y la sanación lleguen de un momento a otro, porque todo es un proceso, pero si empezamos podemos estar seguros de que podemos conectarnos con nosotros mismos y empezaremos a amarnos y amar mejor a los demás. No estaremos buscando afuera, lo que tenemos adentro, pero sí podremos apreciar lo valioso de afuera, porque estamos llenos por dentro. Sin este reconocimiento, sin esta conciencia, sin este amor propio será imposible conectar con nosotros mismos y por ende con los demás.
¿Si no nos sentimos dignos de ser amados por qué creemos que otros nos amarán?, ¿Si nos cuesta amarnos a nosotros mismos por qué creemos que podremos conectar con los demás? Debemos asegurarnos de amarnos a nosotros mismos, de conectar con nosotros mismos. Solo así sabremos ser y estar y no intentaremos conectar con otros por los motivos equivocados, miedo, soledad, etcétera.
No es un camino fácil el del descubrimiento propio, más aún si no sabemos cómo hacerlo, pero me atrevería a decirte por experiencia propia que puedes hacerlo. Empieza por tratar de hacer silencio y ocuparte de ti mismo; de tus emociones, sentimientos, de tus miedos… de tu vida. Y ponte metas al respecto que puedas cumplir. Descúbrete y deja que otros lo hagan siendo quien eres. Sin miedo a ser lo que eres. Disfruta de ser tú y confía.