¿Has caído presa del miedo y de la angustia? … Esta oración te devolverá la paz
Foto: @raduflorin
Mulieris hoy – 29 de julio de 2020 – En tiempo de pandemia, como la que vive hoy la humanidad con el Covid-19, es fácil caer presa del miedo, de la angustia, de no saber qué hacer: Da miedo salir a la calle, hay un temor constante de contraer el virus o que un ser querido lo contraiga. El ambiente es de angustia, de ansiedad, una pesadumbre que aumenta más al ver las noticias, las cifras de la enfermedad y sus consecuencias.
Ante este panorama, ¿Cómo mantener la calma?, ¿cómo retomar la paz?
Santa Teresa de Jesús, religiosa, mística, escritora y reformadora de la Orden del Carmelo tiene la clave a través de su hermoso poema, hecho oración, “Nada te turbe”.
Un poema, una oración que bien es una invitación muy personal de la Santa para cada uno de nosotros. Como dijo el Padre Tomás Álvarez, de la Orden del Carmelo Descalzo (OCD), quien era un gran estudioso de Teresa:
“Hay que leerlo dejándole flecharnos el alma con el dardo de cada verso, cargado de resonancias, que desde cada sentencia nos devuelve a las sendas de la propia vida, sendas a veces tortuosas, a veces encrespadas o espinadas”.
“Es un salmo íntimo, nos introduce en el alma de la autora, que se va diciendo a sí misma: ‘Teresa, que nada te turbe’”, añadió.
Aquí el poema… para leer despacio y meditar cada palabra:
Nada te turbe,
Nada te espante,
Todo se pasa,
Dios no se muda,
La paciencia
Todo lo alcanza;
Quien a Dios tiene
Nada le falta:
Sólo Dios basta.
Eleva el pensamiento,
al cielo sube,
por nada te acongojes,
Nada te turbe.
A Jesucristo sigue
con pecho grande,
y, venga lo que venga,
Nada te espante.
¿Ves la gloria del mundo?
Es gloria vana;
nada tiene de estable,
Todo se pasa.
Aspira a lo celeste,
que siempre dura;
fiel y rico en promesas,
Dios no se muda.
Ámala cual merece
Bondad inmensa;
pero no hay amor fino
Sin la paciencia.
Confianza y fe viva
mantenga el alma,
que quien cree y espera
Todo lo alcanza.
Del infierno acosado
aunque se viere,
burlará sus furores
Quien a Dios tiene.
Vénganle desamparos,
cruces, desgracias;
siendo Dios su tesoro,
Nada le falta.
Id, pues, bienes del mundo;
id, dichas vanas,
aunque todo lo pierda,
Sólo Dios basta.
Fuente: Revista “Teresa de Jesús”.