7 claves para vivir la Cuaresma, según el Papa Francisco
Mulieris hoy – 17 de febrero de 2021 – Ha comenzado la Cuaresma, tiempo en el que los católicos intensificamos las prácticas de la oración, el ayuno y la limosna en preparación al gran acontecimiento de la Pascua: la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.
Para vivir este tiempo de preparación que irá hasta el 1 de abril, con el Jueves Santo, tomaremos varias de las reflexiones que nos ofrece el Papa Francisco en su mensaje para la Cuaresma 2021.
El Santo Padre nos recuerda que el camino hacia la Pascua de Jesús, vivido en la Cuaresma, es tiempo para renovar la fe, la esperanza y la caridad. En el mensaje, el Pontífice nos ofrece 7 claves para vivir este tiempo:
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Ayuno, oración y limosna
El ayuno, la oración y la limosna, tal como los presenta Jesús en su predicación (cf. Mt 6,1-18), son las condiciones y la expresión de nuestra conversión. La vía de la pobreza y de la privación (el ayuno), la mirada y los gestos de amor hacia el hombre herido (la limosna) y el diálogo filial con el Padre (la oración) nos permiten encarnar una fe sincera, una esperanza viva y una caridad operante.
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Hacerse pobre con los pobres
Haciendo la experiencia de una pobreza aceptada, quien ayuna se hace pobre con los pobres y “acumula” la riqueza del amor recibido y compartido. Así entendido y puesto en práctica, el ayuno contribuye a amar a Dios y al prójimo
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Abrir las puertas del corazón a Dios
Ayunar significa liberar nuestra existencia de todo lo que estorba, incluso de la saturación de informaciones —verdaderas o falsas— y productos de consumo, para abrir las puertas de nuestro corazón a Aquel que viene a nosotros pobre de todo, pero “lleno de gracia y de verdad”.
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Jesús anuncia la esperanza
Al anunciar su pasión y muerte Jesús ya anuncia la esperanza, cuando dice: “Y al tercer día resucitará” (Mt 20,19). Jesús nos habla del futuro que la misericordia del Padre ha abierto de par en par. Esperar con Él y gracias a Él quiere decir creer que la historia no termina con nuestros errores, nuestras violencias e injusticias, ni con el pecado que crucifica al Amor. Significa saciarnos del perdón del Padre en su Corazón abierto.
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Encontrar en la oración al Padre de la ternura
En el recogimiento y el silencio de la oración, se nos da la esperanza como inspiración y luz interior, que ilumina los desafíos y las decisiones de nuestra misión: por esto es fundamental recogerse en oración (cf. Mt 6,6) y encontrar, en la intimidad, al Padre de la ternura.
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La caridad es el impulso del corazón
La caridad se alegra de ver que el otro crece. Por este motivo, sufre cuando el otro está angustiado: solo, enfermo, sin hogar, despreciado, en situación de necesidad… La caridad es el impulso del corazón que nos hace salir de nosotros mismos y que suscita el vínculo de la cooperación y de la comunión.
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Reconsiderar la fe que viene de Cristo vivo
Este llamado a vivir la Cuaresma como camino de conversión y oración, y para compartir nuestros bienes, nos ayuda a reconsiderar, en nuestra memoria comunitaria y personal, la fe que viene de Cristo vivo, la esperanza animada por el soplo del Espíritu y el amor, cuya fuente inagotable es el corazón misericordioso del Padre.
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