Callar, trabajar, perdonar, sonreír… las cuatro claves del perdón
Mulieris hoy – 24 de noviembre de 2020 – Hace unos días me topé por Internet con una novena que me llamó mucho la atención: La Novena del Perdón a San Josemaría Escrivá de Balaguer para alcanzar la gracia de saber perdonar.
Nueve días de oración muy sencilla, pero profunda, que realmente nos ayuda a otorgar y recibir el perdón si alguien nos ha ofendido o hemos ofendido, todo a través de las meditaciones del fundador del Opus Dei.
No es fácil, pero es posible
Esto me ha llevado a reflexionar sobre el perdón: Pedir perdón, perdonarse y perdonar no es tarea fácil, pero es posible. Todos en algún momento de nuestras vidas hemos pasado por circunstancias en las que nos han herido o hemos herido, hemos perdonado y hemos pedido perdón.
Si hemos herido, no es fácil dar el primer paso para pedir perdón, y aunque la otra parte no perdone, vale la pena intentarlo de corazón. Dios no se queda con nada, y el pedir perdón dará su fruto.
Si te han herido, dar el paso a perdonar tampoco será fácil, pero igualmente vale la pena. San Josemaría, en la novena, da las cuatro claves para poder perdonar a quien te ha ofendido, y lo hace a través de cuatro palabras para poner en práctica: “callar, trabajar, perdonar y sonreír”.
Dependiendo del lugar en que te encuentres, la vivencia del perdón será diferente, pero trae los mismos beneficios espirituales para las dos partes. Ya sea que has ofendido y pedido perdón, o eres el ofendido y perdones. En ambos casos, recibiendo el perdón y perdonando, alcanzarás paz en el corazón, habrá sanación, te liberarás, te rescatará del rencor y de la desesperanza y te llevará a recuperar a tu hermano.
Perdónate
Por último, tal vez lo más difícil es perdonarse a uno mismo. Si hemos herido, sobre todo a personas que apreciamos mucho, es probable que no te perdones por lo que has hecho, pero es necesario. Errar es de humanos, no hay que justificar el daño, pero si aprender de lo ocurrido, y darte cuenta que no eres perfecta o perfecto, y aunque hay momentos y hechos que ya no puedes cambiar, acepta lo sucedido y aprende de ello, levántate y camina hacia adelante.
Bien señaló San Pablo (Colosenses 3:13-15):
Soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.
Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto.
Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos.
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