Santa Laura Montoya: mujer intrépida y modelo de santidad

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Mulieris hoy – 21 de octubre de 2021- Es la primera santa colombiana reconocida por la Iglesia católica, fue una enamorada de Dios y una mujer muy valiente e intrépida para su época, acogiendo en su corazón el llamado de Dios y entregando su vida al servicio de los más necesitados pero, de un modo especial, a los indígenas, a quienes llevó el amor de Nuestro Señor.

Ella es Santa Laura Montoya, cuya fiesta celebra la Iglesia el 21 de octubre. Nació en Colombia, en la población de Jericó el 26 de mayo de 1874 y fundó la Congregación de María Inmaculada y de Santa Catalina de Siena, hoy conocidas también como las “Misioneras de la Madre Laura” o “Lauritas”

Desde muy jóven mostró su fortaleza tras quedar huérfana de padre, quien fue cruelmente asesinado por defender la religión y su país. Se convirtió en maestra y formadora de generaciones cristianas y fue una escritora innata.

Madre de los indígenas

En 1914, con el apoyo de Mons. Maximiliano Crespo, por entonces Obispo de Santa Fe de Antioquia, fundó la familia religiosa de las “Lauritas” convirtiéndose en madre espiritual de los indígenas.

“Necesitaba mujeres intrépidas, valientes, inflamadas en el amor de Dios, que pudieran asimilar su vida a la de los pobres habitantes de la selva, para levantarlos hacia Dios”, señalaría la santa en su autobiografía.

Un servicio de amor hacia los indígenas que la religiosa prestó hasta su muerte, ocurrida el 21 de octubre de 1949 en la ciudad de Medellín donde actualmente se veneran sus restos mortales.

Modelo de mujer enamorada de Dios

Santa Laura Montoya también es modelo de mujer enamorada de Dios, como señalaría Ana Cristina Villa Betancourt en una entrevista con Gaudium Press. Villa era la responsable de la Sección Mujer del Pontificio Consejo para los Laicos en el año de la canonización de la santa, ocurrida en 2013:

“Me parece que el mensaje más fuerte de ella es lo que puede hacer una mujer cuando se deja inflamar por el amor de Dios. La empresa que emprendió era de locos: internarse en los lugares más inhóspitos y remotos de la geografía colombiana, para buscar a personas que estaban sin atención y brindarles el don más grande, que es el don de la fe; es sorprendente”.

Sus pensamientos

En homenaje a la santa colombiana, aquí cinco pensamientos de la religiosa, madre espiritual y maestra:

“Dios mora en los corazones puros y la pureza tiene tal atracción para Él que se une a las almas puras como atraído por un imán irresistible”.

“Teniendo a Dios en el interior, se vive contento de todo”.

“Toda oración es atendida cuando va sellada con confianza”.

“Felices los que evangelizan, porque brillarán entre los bienaventurados como el sol en medio de las estrellas”.

“Sufrir en paz es propio de la persona justa”.